¿Alguien se ha preguntado a qué se debe hoy día el aumento del fracaso escolar en los niños?.
Probablemente una de las razones de mayor peso sea el analfabetismo emocional del que se caracterizan muchos de nuestros jóvenes. Ya no es suficiente con que en el colegio se trabaje la inteligencia racional de los niños, ya que ésta no sera la clave de su éxito o fracaso futuro, sino que cada vez se hace más imprescindible trabajar otras facetas de la inteligencia humana, en concreto la emocional, mucho más importante en todos los niveles del desarrollo de la persona. Nos referimos al desarrollo de la autoconciencia, el autocontrol, la automotivación, la empatia y las habilidades sociales. Siendo necesario empezar a trabajar este desarrollo de la inteligencia emocional desde el momento cero de nuestra existencia.
¿Cómo se puede favorecer el desarrollo de la inteligencia emocional en un bebé?
La respuesta a esta pregunta la encontramos en el masaje infantil. Las personas somos seres humanos de contacto, por ello el bebé necesita el contacto físico de sus padres, en especial de la madre, desde sus primeros años de vida. El tacto es un poderoso instrumento que nos ayudará a estimular la mielina del sistema nervioso de nuestro pequeño facilitando la fluidez de sus neuronas y su bienestar y desarrollo interior.
Es muy importante que los padres dediquen a diario unos minutos para estar con su bebé a solas y para que a través de la estimulación táctil consoliden las relaciones emocionales y afectivas del pequeño. Es a partir de este momento de atención, respeto y comunicación cuando se crea una simbiosis entre usted y su hijo, una relación muy especial que le acarreará innumerables beneficios a su bebé. Ya que además de intensificar sus vinculos afectivos, estimulará todos los sistemas de su bebé (el neurológico, respiratorio, inmunológico, etc), le ayudará a relajarse, a entender sus emociones y más tarde a autoregularlas
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