Algunos pediatras han escogido la homeopatía, en lugar de la medicina convencional, para atender a sus pequeños pacientes. Cada día son más los padres y médicos que deciden probar con la homeopatía para tratar de combatir afecciones en las que el niño recae una y otra vez y sólo desaparecen con tratamientos alopáticos fuertes.
El remedio homeopático actua estimulando y equilibrando la capacidad del organismo para que active la fuerza vital que poseen todos los seres vivos, siendo esta fuerza la que ayudará a regular todas sus funciones y a defenderse contra las agresiones externas. La homeopatía siempre actua a favor del cuerpo, favoreciendo el proceso de curación de todo ser vivo.
Aplicaciones de la homeopatía en pediatría
Los remedios homeopáticos en pediatría son eficaces principalmente en las enfermedades infecciosas como por ejemplo el sarampión, rubeóla, gripe, paperas, etc., en las enfermedades otorrinolaringológicas, que hoy día representan más del 50% de los problemas en pediatría (rinofaringitis, otitis, anginas, laringitis, sinusitis) y en patologías respiratorias tales como el asma, la bronquitis y las neumopatías víricas. También recomiendan los tratamientos homeopáticos para corregir patologías digestivas, bien sean diarreas y gastroenteritis, vómitos o trastornos de la primera dentición; así como patologías cutáneas como podrían ser una urticaria, una quemadura o una picadura de insecto. Por otro lado, los remedios homeopáticos también ayudan a eliminar infecciones de las vías respiratorias, infecciones alérgicas y urinarias.
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